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6/3/15

Ayudar al prójimo



Dios te bendiga más! 


Una de las características que distinguen a un buen cristian@ es su disposición de ayudar al prójimo o al necesitado.


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Ciertamente en las congregaciones hoy día se contempla la “ayuda” al necesitado, ya sea visitando los hospitales, las cárceles, asilos para ancianos y así por el estilo.  Es decir, que a nivel general el cuerpo de Cristo siempre está presto para ayudar.

En el post de hoy, enfocaremos nuestro lado humanitario de forma individual dirigido al “yo” como persona integral.

Manos a la obra!

Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.  Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.  De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. (Mateo 22: 37 al 40).


Todos los mandamientos del Señor se resumen en dos. El primero me parece que todos lo cumplimos: amamos a Dios. Pero  y qué tal del segundo?

¿Amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos?

Muchos podemos creer que para ser “buenas personas” debemos ir a lugares especiales para mostrar que somos caritativos, que nos compadecemos del sufrimiento ajeno.

Pero nos hemos detenido a observar en nuestro entorno cercano, quién puede estar en necesidad, quién está esperando una mano misericordiosa.