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12/2/14

Aprender la obediencia

avivameentucamino.blogspot.com








Aprender la obediencia




Dios te siga bendiciendo cada vez más!


Quiero compartir contigo un punto de análisis, basados  en estos versos tan interesantes y de mucha enseñanza para nosotros. En la medida que nos imbuimos más en esta lectura, el Espíritu Santo de Dios nos iluminará y nos dará el significado conforme a Su voluntad.


Manos a la obra!



Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.   Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; (Hebreos 5: 7 y 8).




En primer lugar ubicamos estos pasajes en el contexto del Orden de Melquisedec según el libro de hebreos, nos habla de Cristo, quien fue constituido sumo sacerdote para siempre.

Qué hace el sacerdote?

Lo que hace es que intercede por los hombres (humanidad) delante de Dios, como ser supremo de toda la creación.

Por qué fue Cristo instituido como sacerdote para siempre?

Fue constituido sacerdote para siempre, porque decidió llevar sobre sí el pecado de toda la humanidad para obtener el perdón de parte de Dios y seamos reconciliados con El. Es por esto que nuestro Señor Jesús es intercesor por ti y por mí.


Dice la Escritura que abogado tenemos:

…y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 
(1 Juan 2: 1).


Un punto interesante que me  llama a la atención es que dice el pasaje que Cristo en los días de su carne con suplicas fue escuchado por su temor reverente.

Todo aquel que cree en Cristo, está llamado a crecer/madurar hasta su estatura. Es decir, cada uno de nosotros tenemos a quien imitar, y este es Jesús.

Qué enseñanza obtenemos de esto?



Que  Cristo en los días que estuvo en la tierra llevo una vida normal, sabiendo las necesidades de todo ser humano, y dice que fue escuchado por su temor reverente, por lo que tú y yo también debemos tener ese temor reverente para con el Padre Celestial.

Nosotros estamos en los días de nuestra carne, esto significa, en los días de padecimientos, de clamor y una de las cosas que nos ayuda es el temor a Jehová.
  
Vemos tres elementos:

En los días de nuestra carne (nuestra condición actual)
Suplicas y ruegos con lágrimas (la forma en la que nos dirigimos)
Al que le podía librar de la muerte (a quien va dirigido el ruego).

Cuando sintamos los padecimientos en nuestra carne, acerquémonos con ruego y sencillez hacia Dios, orando fervientemente a quien nos puede librar de la muerte para que seamos escuchados, según sea su voluntad.


Tenemos otra enseñanza en este pasaje:

Dice que siendo Hijo (esto es Cristo), por todo lo que padeció, aprendió la obediencia.

Todo el hij@ de Dios padece para someterse a la obediencia.  Qué significa esto?

Que si Dios no escatimo ni a su propio Hijo, que lo entregó para salvación de nuestras almas, y sufrió tanto hasta el punto que su sudor era como gotas de sangre, significa que nosotros también seremos pasados por procesos para que seamos obedientes en todo al Padre Celestial.


Pero en todo esto que somos procesados tenemos la ayuda del Espíritu Santo quien nos consuela y habla a nuestras conciencias.

En la enseñanza de hoy tenemos que Cristo siendo Hijo unigénito del Padre Celestial dio su vida en rescate por las nuestras, el cual fue establecido como sumo sacerdote para siempre, vemos que el Señor no hace acepción de personas, y que todo el que quiere madurar espiritualmente, y acercarse más a la Santidad del Señor, será procesado para que se forje el carácter de Jesús en nosotros y seamos obedientes.
  

Con ruego, suplicas y las lágrimas que muchas veces no podemos contener no es suficiente, necesitamos el temor reverente en nuestro corazón.  Y tenemos la seguridad que si estamos en obediencia seremos escuchados.


Dice la Escritura:

 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mateo 7:11)


Hoy es un buen día para reconocer que hay uno quien es superior a nosotros, y abrir nuestro corazón a Él, quien ya dio su vida por ti y por mí, se llama Jesús y te ama.

Paz y Gracia.




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