HACER BIEN
Dios
te bendiga de manera especial!
Después
de dar gracias a Dios y bendecir su Santo nombre, te invito a que te unas a mí
en esta enseñanza del día de hoy.
Tenemos
como base bíblica:
Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.
(2 Tesalonicenses 3:13)
Te suena familiar?
Estamos
en unos tiempos en donde cada vez más hay más indiferencia los unos con los
otros, en donde es casi como dice una famosa ley de supervivencia: el que
sobrevive es el más fuerte. El correr acelerado de los días, y cada quien en su
propio mundo.
Todo
esto nos lleva a que nos cansemos tanto físicamente como
emocionalmente/espiritualmente.
Este
mensaje recibió de parte del Apóstol Pablo el pueblo de Tesalónica. También lo
recibimos nosotros hoy día.
Todo
hij@ de Dios está llamado a hacer bien y/o hacer bien.
Qué
quiere decir esto?
Esto quiere decir, que siempre que dependa de nosotros mismos hagamos lo bueno. Y no solamente a hacer, es pensar y sentir el bien. Desechar de nosotros todo lo que no es bueno.
Tenemos
a nuestro Señor Jesús, quien hizo el bien hasta el punto de dar su vida por
nosotros.
El
que hagamos el bien, seamos hacedor de lo bueno, no quiere decir que es
dejarnos humillar sin necesidad, porque el mismo Cristo fue humillado y
escupido por el bien que hizo a ti y a mí.
Dice
esta parte de la Escritura:
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a
los que os maldicen, haced bien a los
que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los
cielos… (Libro de Mateo 5:44 y 45)
Es
decir, que recibimos recompensa por hacer bien, no solamente a quien nos hace
bien, sino a aquellos que no son buenos con nosotros.
A
pesar de lo mucho que nos han herido, decepcionado, pisoteado, estamos llamados
a hacer el bien, no dejemos que todas estas cosas y más nos impidan que nuestro
carácter sea moldeado a la semejanza de Cristo.
Esto
si puede entorpecer el propósito que Dios tiene para nuestras vidas.
Es
necesario que llegue a nuestras vidas un proceso de sanación real, desde lo
profundo de nuestro ser, porque cómo vamos a dar lo que no tenemos?
Cómo
se logra ese proceso de sanación?
Se
logra dejando que Dios obre a través de su Espíritu Santo en nosotros, se logra
aprendiendo a dejar las cargas a los pies de Jesús, se logra aprendiendo a
descansar en el Señor, se logra orando, leyendo la palabra, y entregando
nuestra vida por completo a Dios y el propósito que El tiene para nosotros.
Dice
la Escritura:
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo
lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen
nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
(Filipenses 4:8)
Este verso se lee
por sí solo, si lo queremos ver de una lado más simpático podemos decir –entretener-nuestra
mente con todo lo que sea digno de virtud, lo justo, lo puro y todo lo que cita
el verso.
Hacer bien, implica creer en el prójimo, depositar una confianza en el otro, y el riesgo de que nos decepcionen.
El que
quiere seguir a Jesús y negarse a sí mismo debe saber que por amor a Cristo y
por retener su salvación, debe hacer el bien. Y con sencillez de corazón y
amor.
En esto se
conocerá que estamos siendo transformados en verdaderos discípulos del Maestro.
Habrá personas
en tu entorno que te dirán que devuelvas mal por mal, pero no lo hagas, todo
aquel que cree en Dios demuestra que es superior (espiritualmente) haciendo lo
bueno por encima de lo malo.
En el día de
hoy es mi oración de que, el Espíritu Santo nos guíe y nos ayude a poner en práctica
lo que dice el verso de Filipenses 4:8. No es con nuestra fuerza, es con la
fuerza del Señor, que sea con Su amor, que nuestros pensamientos/acciones/sentimientos
sean cambiados para que sean alineados a Su voluntad.
Sigamos creyendo
en la palabra de Dios, porque El sigue creyendo en nosotros y lo demuestra con
toda Su misericordia contigo y conmigo.
Paz y Gracia.