El cambio
Quiero compartir contigo este punto de análisis que nos enseña acerca de la necesidad del cambio en nuestras vidas. Para qué cambiamos y por qué. Cada uno de nosotros pasamos por un momento en el que necesitamos darle un giro a nuestras vidas el cual puede ser en cualquier aspecto.
Dios te bendiga!
Había un hombre llamado Nicodemo, dice un
principal, esto es un hombre con cierto grado de respeto o autoridad en su círculo
social y moral. Para entrar al reino de los cielos debía nacer de nuevo.
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto
te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. (Juan
3:3).
Nacer de nuevo es un proceso de cambio, cuando
decidimos pasar de una acción a otra estamos ejecutando un cambio.
Tal vez no estás conforme en algún aspecto de
tu vida y decides cambiar. Las personas no cambian de un día para el otro,
primero hay una gestación a lo interno de su ser.
Dónde se origina el cambio?
Primeramente pasamos por el momento en que nos
damos cuenta de que necesitamos cambiar, algún evento nos impacta, es como
tocar fondo, llegamos a la luz de un nuevo descubrimiento.
El proceso va así:
Primero se origina un pensamiento, segundo una
emoción y tercero una acción.
Cuando se acciona previamente ya ha habido un
proceso de razonamiento y después surge la emoción.
Sí estas alegre, accionas alegremente, porque
antes tuviste un pensamiento/causa que originó tu comportamiento. Esto es lo
que ocurre con los cambios en nosotros.
Es aquí donde analizamos qué es lo que quiero
cambiar, y pensamos cómo lo hago, con qué me auxilio. Esta es la fase de
reconocimiento.
Luego llegamos a la fase de acción
Ponemos en práctica la decisión tomada,
empezamos a dar los primeros pasos que entendemos hay que dar.
Es bueno recordar que en el camino del cambio,
hay obstáculos que se atraviesan, y nos desaniman, pero si estamos claros del
por qué estoy cambiando, podremos continuar victoriosos.
Los cambios traen incertidumbre, emoción,
temor, y por lo regular riesgos. Es muy sensato antes de poner en práctica la
decisión de cambio, evaluar algunos riesgos y si puede influir y de qué forma a
mí alrededor.
Recuerda que si quieres cambiar en algo, debes
hacerlo por ti mismo, estando convencido de ello. Si no tienes convencimiento
del propósito, siempre necesitaras estímulos externos para continuar. A qué me
refiero?
Ejemplo: maría quiere rebajar de peso, pero
maría quiere bajar de peso porque sus amigas están en la fiebre de estar más
delgadas y maría les sigue. Como no tiene un convencimiento por ella misma,
siempre estará llamando a alguna amiga para hacer la dieta o los ejercicios,
ahora bien, si tiene el convencimiento aunque las amigas abandonen el plan de
rebajar de peso, si ella está convencida ella continuará con o sin ellas.
Los cambios para que sean permanentes en
nuestra vida son lentos, de pequeñas acciones en pequeñas acciones, si quieres
ser más simpático, alegre, menos dado a discutir, empieza por acciones
pequeñas, a saludar más, a ser un poquito más conversador, estás pequeñas cosas
son las que van marcando la diferencia en nosotros.
Cuando dejamos que Cristo Jesús entre a
nuestras vidas, ocurren cambios en todas las facetas, en la medida que nos
dejamos guiar y vamos leyendo y entendiendo la palabra de Dios el cambio se va
dando poco a poco pero seguro, al descubrir las maravillas que Dios ha obrado
en nuestro ser nos quedamos sorprendidos, porque con nuestra propia fuerza no
sería posible.
Si quieres ser mejor amigo, mejor estudiante,
mejor hijo de Dios, empieza a identificar qué es lo que está inquietando tu
ser, los cambios surgen en diferentes momentos. Porque si estas convencido de
ello lo harás.
Un aspecto muy importante es que según sea la
naturaleza de tu cambio busques ayuda. A nosotros como seres humanos no nos
gusta pedir ayuda por temor a parecer tontos o raros, lo mejor que podemos
hacer es buscar ayuda, puede ser de un amigo, de tus padres, de tus líderes
espirituales, dice el refrán que dos cabezas piensan mejor que una y es cierto.
Amad@, cualquier aspecto en tu vida que sientas la necesidad de cambiar, primero busca la ayuda de Dios, y segundo examina el motivo interior por el cual quieres hacerlo, como mencione antes, si tenemos un convencimiento cambiaremos de forma lenta pero segura, pero si el motivo no es muy profundo el cambio durará lo que dure la voluntad o emoción.
Primero tu pensamiento, luego tu emoción por ultimo tu acción. Entre cada una de ellas hay un tiempo de dilación, en el cual avanzamos o retrocedemos. Recuerda el cambio le da sentido a tu vida.
Paz y Gracia
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