Dios te bendiga más! Hoy tenemos un hermoso tema, El cordero de Dios.
Texto base: San Juan 1:29 al 34
El siguiente día vio Juan a Jesús que
venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Después de mí
viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. Y yo no le conocía; mas para que fuese
manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al
Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar
con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece
sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste
es el Hijo de Dios.
Primero:
Testimonio de Juan el Bautista del Cordero de
Dios.
Juan fue un hombre elegido desde el vientre de
su madre para llevar a cabo la misión de limpiar el camino por el cual
posteriormente pasaría el Hijo de Dios enviado. Tanto así que podemos asegurar
que Juan fue concebido para este propósito. Según la voluntad del Altísimo, no
por voluntad de carne ni sangre. Aleluya!
Pero no
tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada.
Y se turbó Zacarías al verle, y
le sobrecogió temor. Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas;
porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y
llamarás su nombre Juan. Porque será grande delante de Dios.
Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. (Lucas
1:7, 13, 15, 16).
Juan fue concebido desde el cielo,
engendrado y apartado para el propósito de Dios, para preparar el camino del
Mesías! Qué privilegio y
responsabilidad. Juan no tenía cualquier misión, era La Misión.
Esto nos deja ver que las cosas de Dios son limpias, puras, por eso
somos llamados a santidad, sin manchas ni arrugas, para cuando llegue el
momento que el Mesías venga a buscar a sus redimidos, nos encuentre en orden.
Juan el Bautista reconoce la divinidad de Jesús.
Este es el que viene
después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la
correa del calzado. (Juan 1:27)
Es impresionante ver que Juan reconocía su propia condición, no es muy
normal que un hombre lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre,
reconozca su inferioridad para con otro, que en este caso es el Mesías. El estaba
consciente de quién era, para qué vino, y a quién le servía.
Yo a la verdad os
bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado
yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu
Santo y fuego. (Mateo 3:11).
Juan sabía que el bautismo que él hacía, era prototipo del bautismo que
sería dado por el Hijo de Dios. Maravillo la integridad de este hombre!
Segundo:
Jesús como el Cordero de Dios.
Todo el Antiguo Testamento hace una alusión al verdadero sacrificio que
vendría a redimir al pueblo de Israel de una vez y para siempre, el cual tenía
un misterio que consistía en que ese cordero también llevaría redención a los
gentiles.
No será quitado el cetro de Judá, Ni el
legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los
pueblos. Atando a la vid su pollino, Y a
la cepa el hijo de su asna, Lavó en el vino su vestido, Y en la sangre de uvas
su manto. Sus ojos, rojos del vino, Y
sus dientes blancos de la leche. (Génesis 49:10-12).
Desde el libro de Génesis podemos tomar una alusión de que vendría un
Salvador al pueblo, Jesús en su línea genealógica desciende de la tribu de Judá,
por lo tanto, el cetro no será quitado, es decir, el poder no sería quitado,
quién es el que congrega a todos los pueblos? Jesús es quien congrega a todos
los pueblos.
Porque un niño
nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará
su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán
límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo
en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los
ejércitos hará esto. (Isaías 9:6,7).
De quién se habla aquí? De Jesús. El en libro del Profeta Isaías se
registró está alusión al Cordero de Dios, al Mesías, a quien toda rodilla se
doblará, a quien se le concedió potestad en todo.
Tal es la magnitud del Cordero de Dios que fue concebido de forma
divina:
Y pensando él en
esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de
David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado,
del Espíritu Santo es. (Mateo 1:20).
Aleluya! María el canal que Dios utilizó para que Su Hijo amado viniera
a la tierra en forma de hombre, el canal debía ser limpio, así como EL. El gozo
humanamente fue de María como madre del Mesías, pero la Gloria es del Padre
Celestial!
Aquí vemos que el Espíritu Santo siempre ha estado en acción, ejecutando
las cosas del Padre, por esto el Espíritu Santo en nuestras vidas es
movimiento, es vida, no es estático, si nosotros provocamos su presencia y nos
disponemos a ello, veremos que el Espíritu Santo responderá, téngalo seguro.
Claro, si no estamos en desobediencia.
Cuando el hombre/mujer nace de nuevo, todo lo que hay en él/ella es
nacido del Espíritu Santo. Sí, porque pasamos de muerte a vida, Dios sopla en
nosotros de Su Espíritu, y toda buena obra, ministerio, servicio, cambio en el
corazón del hombre viene dado con la acción del Espíritu Santo, como una fuerza
activa en nosotros.
Tercero:
El Espíritu Santo se materializa.
Dios le dijo a Juan: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece
sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
Juan testifica: Vi al
Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.
Este pasaje nos deja ver lo importante es que el Espíritu Santo
permanezca en nosotros, en el Antiguo Testamento venía y se iba, no se quedaba.
Pero ahora vive en nosotros, porque es el otro consolador que Jesús dijo que
estaría con nosotros cuando El se fuera.
El Espíritu Santo es el sello de Dios puesto en nosotros, es quien nos
ayuda en este camino, es poder de Dios con y en nosotros. Cuando el
hombre/mujer es sellado con el Espíritu Santo, no hay barreras, no hay ataques
del diablo, no hay dificultad que pueda detener a ese hombre/mujer cumplir el propósito
de Dios en su vida.
….él os bautizará
en Espíritu Santo y fuego. (Mateo 3:11)
….él os bautizará
en Espíritu Santo y fuego. (Lucas 3:16)
Es el Cordero de Dios quien bautiza con Espíritu Santo y fuego. Además de
traer redención a cada uno de nosotros, Jesús nos bautiza con poder para llevar
a cabo la voluntad de Dios.
Una de las principales señales del bautismo en Espíritu Santo y fuego es
el hablar en lenguas, ojo con esto, no son todos los que “hablan” que hablan
por el Espíritu, ya que hay muchos que desvían la fe verdadera de la gente.
Pero qué pasa si no hablas lenguas? tranquil@. Es Dios quien lo concede
y también si nos disponemos a buscarlo Nuestro Padre Celestial lo hará en su
tiempo y voluntad. Si no hablamos en lenguas no quiere decir que seamos menos
hijos de Dios, nada de eso, esto es dado para que también el “que no cree”,
crea en la palabra de Dios.
El bautismo de Juan, era un bautismo simbólico, representando un acto de fe, de arrepentimiento, de
limpieza.
Pero el bautismo de Jesús, trae una renovación en el interior de
hombre/mujer. Jesús imparte poder para el servicio, tu ministerio y para
cumplir con lo que se ha puesto en cada uno de nosotros.
Podemos ver que Juan era un ungido de parte de Dios, pero qué pasaba? La
gente a su alrededor, los maestros de la ley, escribas, fariseos, etc, no
reconocían quién era Juan en verdad, ni el poder de Juan.
Déjame decirte, que Dios concede a sus hijos abrir sus ojos espirituales
para que el mismo Espíritu Santo le de la visión de discernir cuando hay un
hombre/mujer de Dios sellado para su obra, no todos tienen la capacidad de reconocer
por ejemplo a un David andando como si tal cosa, es con el poder de Dios que
nos daremos cuenta de los verdaderos David que andan hoy y que quizá no es su
tiempo de salir a la luz pública.
Juan era poderoso, pero no había quien lo reconociera en lo espiritual. Esto
pasa hoy, hay muchos hombres y mujeres con la unción del Santo de Israel
prototipo Juan el Bautista, David, Samuel, etc, no son reconocidos espiritualmente,
pero cuando llega el tiempo de Dios, el Espíritu Santo habla y dice “ese es
elegido de Dios” muchas veces nos sorprendemos, pero solo a quien Dios le
permita reconocer en lo espiritual a cada quien es quien dará testimonio de
este hombre/mujer que a lo mejor todavía está como un becerro en la manada.
Finalmente amad@:
El cordero de Dios, vino a restaurar la vida de los hombres, en EL está
la vida de todos nosotros, Jesús es y fue lo que dijo que era, el amado del
cielo, quien traería salvación a quien en El creyera, no vino a condenar, vino
a dar vida en abundancia.
Este mismo Jesús, es quien bautiza en espíritu santo y fuego al
creyente, dándole más autoridad y poder para llevar a cabo la misión que le es
encomendada.
El Espíritu Santo es nuestra guía, es fuerza activa, quien con su ayuda
nos capacita en toda buena obra para la cual fuimos llamados.
Cuando nacemos de nuevo, todo lo que hacemos es concebido de parte de
Dios, nosotros fuimos concebidos con un propósito así como Juan el Bautista, y
seremos instruidos, y aunque todavía estemos en el anonimato como un herman@ más,
prototipo de “cueva”, Dios le dará discernimiento a alguien para que nos
reconozca espiritualmente y así nosotros vamos encontrando la propia identidad
en Dios.
Es mi oración que el Cordero de Dios, nos ilumine, y que nosotros
podamos sentir la presencia del Espíritu Santo avivándonos siempre en este
camino, que seamos capacitados o instruidos en todo para llevar a cabo el propósito
de Dios en nuestras vidas.
Paz y gracia!
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